La Semana Internacional de Cine de Valladolid es uno de los festivales más antiguos y consolidados de Europa. Nació un 20 de marzo de 1956 como Semana de Cine Religioso de Valladolid, vinculado a la Semana Santa, tras tomar el séptimo arte como soporte de transmisión de los valores morales católicos.
La exigencia de calidad ya desde los inicios, seña de identidad del festival que ha perdurado en el tiempo, no siempre venía acompañada de cantidad. Es decir, no siempre había el suficiente número de películas como para componer un certamen. No de temática puramente religiosa, lo que llevó al primer gran hito en su evolución, su conversión, cuatro años después, en Semana Internacional de Cine Religioso y de Valores Humanos. El nombre hace honor a la gran novedad que se introdujo: la admisión de filmes en cuyo contenido predominaran los valores humanos y comprometidos.
El segundo se dio en 1973, cuando pasó a llamarse, definitivamente, Semana Internacional de Cine de Valladolid. Se llegó a ello tras eliminar el carácter religioso del festival merced a una evolución marcada por dos factores: el crecimiento del número de películas que concursaban y el hecho de que los productores comenzaran a reservar sus obras para la cita de Valladolid.
Casi anecdótico es el origen de su acrónimo, SEMINCI. Un origen que no está en la urgencia de los nuevos tiempos de denominar con una sola palabra frases completas, sino en algo mucho más técnico: la necesidad de ahorrar palabras en los telegramas.

Semana de Cine Religioso de Valladolid
Semana de Cine Religioso de Valladolid

Semana Internacional de Cine Religioso y de Valores Humanos
Semana Internacional de Cine Religioso y de Valores Humanos

Semana Internacional de Cine de Valladolid
Semana Internacional de Cine de Valladolid
Algunos nombres destacados
Andzrej Wajda, Yilmaz Güney, Manoel de Oliveira, Nikita Mikhalkov, Stanley Donen, Arthur Penn, Ken Loach, Abbas Kiarostami, Krzysztof Kieslowski, Gianni Amelio, Atom Egoyan, André Téchiné, Mike Leigh, Robert Guédiguian, Costa-Gavras, Theo Angelopoulos, Jonathan Demme, Amos Gitai, Ang Lee y muchos otros grandes cineastas han pasado por Valladolid a lo largo de estos años, junto a la práctica totalidad de los realizadores españoles, que luego han sido o ya eran primeras figuras, Pedro Almodóvar entre ellos. Entre estos últimos, los españoles, destacan también Fernando Fernán Gómez, Paco Rabal, José Luis López Vázquez, Ana Belén, José Coronado, Carmen Maura, Concha Velasco, Maribel Verdú, Ariadna Gil, Aitana Sánchez Gijón, Anabel Alonso, Juan Diego, Antonio Resines, Adriana Ozores, Juan Echanove, Iciar Bollaín o la palentina Elena Anaya, con el equipo de ‘Familia’, primera película de Fernando León de Aranoa, que más tarde ha regresado a esos orígenes (estuvo presente en la 53 edición).
Otros no pudieron venir personalmente, pero su obra logró un reconocimiento que permitió su posterior expansión por nuestro país o su revalorización inmediata, como en los casos de Carl Th. Dreyer, Ingmar Bergman, Luchino Visconti, Jean Renoir, Kenji Mizoguchi, François Truffaut, Louis Malle o Wong Kar-wai.
Los grandes nombres no han estado presentes únicamente como actores o directores, sino también como miembros de los distintos jurados. Guédiguian y Benedetti, en el plano internacional, son dos de ellos, mientras que en el nacional mencionaremos sólo algunos a modo de representantes: López Vázquez, José Luis Cuerda, Juan Antonio Bardem, Aitana Sánchez Gijón, José Luis Garci y Fernando Guillén, así como la propia Pilar Miró, cuyo nombre lleva hoy día uno de los galardones del festival.
En el elenco de nombres que han pasado por la Semana Internacional de Cine no figuran sólo los de cineastas y literatos, sino también los de películas que, a la postre, se han convertido en grandes representantes del patrimonio cultural. Cabe citar, justo antes de un largo etcétera, obras como Alguien voló sobre el nido del cuco (de Milos Forman), Primera plana (de Billy Wilder), El niño salvaje (de Françoise Truffaut), Loca evasión (de Steven Spielberg), Thelma&Louise (de Ridley Scott), La naranja mecánica (de Stanley Kubrick), La ciudad está tranquila (de Robert Guédiguian) o My name is Joe -Mi nombre es Joe- (de Ken Loach).